La Organización Meteorológica Mundial (OMM) reveló hoy estos datos, que indican que la temperatura global el año pasado fue 0,53 grados centígrados superior a un periodo de referencia adoptado por la institución científica que va de 1961 a 1990.
Los diez años más calurosos desde que existen estadísticas han ocurrido desde 1998, señaló el director general de la OMM, Michel Jarraud, en conferencia de prensa.
Sostuvo que el calentamiento global es un hecho que ya nadie puede negar y que la novedad es su clara tendencia a reforzarse año a año.
Según Jarraud, no es posible mantener el escepticismo “frente a los hechos” que corroboran el cambio climático, un fenómeno que no se puede explicar “sin tener en cuenta la actividad humana”.
“La concentración de gases (de efecto invernadero) es mayor que nunca y las leyes de la física dicen que sólo pueden calentar”, explicó.
Jarraud sostuvo que ya no hay duda de que el cambio climático es una realidad que persistirá “por años” y que la única interrogante que se abre es “la amplitud que tendrá”.
Ello dependerá -aseguró- de las acciones que adopten los gobiernos para reducir las emisiones, principalmente de dióxido de carbono.
El científico no quiso establecer una relación directa entre el calentamiento global y los graves desastres naturales ocurridos a lo largo de 2010 en distintos puntos del planeta, aunque reconoció que el fenómeno tiene que ver con la cada vez mayor frecuencia y fuerza de las olas de calor, lluvias torrenciales -seguidas de inundaciones y deslizamientos de tierras- y huracanes.
Según los datos recopilados por la OMM -basados en estadísticas aportadas por Estados Unidos, el Reino Unido y la NASA-, 2010 fue un año excepcionalmente caliente en la mayor parte de África, en el sur y oeste de Asia, así como en Groenlandia y el Ártico canadiense.
A nivel mundial pocos lugares experimentaron temperaturas inferiores a la media: el norte de Europa y el centro y oriente de Australia fueron las principales excepciones.
En partes de Escandinavia (de temperaturas habitualmente bajas) se llegó a medir 10 grados centígrados menos que la norma.
Como otra “mala noticia” presentó Jarraud el dato de que el pasado diciembre la capa de hielo en el Ártico fue la más reducida desde que existe esa medición y su extensión fue de sólo 12.000 millones de kilómetros cuadrados, es decir 1,35 millones de kilómetros cuadrados menos que la media entre los años 1979 y 2000.
Entre las consecuencias de esto, el director de la OMM mencionó la subida del nivel del mar, causante a su vez de la erosión de zonas costeras y de graves problemas en las islas habitadas, así como el hecho de que el agua salada se esté mezclando con fuentes de agua dulce.
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